9/02/2011

No hay que olvidarse

Por Beatriz Russo

No hay que perder el hábito,
no hay que olvidarse, amar es obligatorio,
es un deber fisiológico,
amar para que los ojos no se nos den la vuelta
de mirarnos el ombligo,
amar para que nuestros brazos no se queden
raquíticos de no abrazar,
o amar para que por los suelos
no se arrastren caídos,
amar para que no se desgaste la misma mano
y llegar al fondo de la cuestión.

No hay que olvidarse, amar es obligatorio,
es un deber profiláctico,
amar para prevenir la hipocondría,
amar sanando el dolor ajeno,
amar para que fluya la corriente
y no se nos queden los líquidos estancos,
amar para entrenar al corazón
y subirle los biorritmos.

No hay que olvidarse, amar es obligatorio,
es un deber dialectológico,
amar para aumentar el vocabulario,
y traer antónimos, para que el odio y sus sinónimos
no sean mayoría,
amar para que el músculo de la lengua
no quede anquilosado,
amar para segregar saliva y pronunciar mejor
las consonantes bilabiales,
o amar para llevarles la contraria.

Pero repito, no hay que olvidarse
Pero repito, no hay que olvidarse,
amar es obligatorio, es un deber evolutivo,
amar para preservar la especie humana
de tener los ojos blancos, muñón de brazos
o manos descalzas,
amar, al fin y al cabo, para que siga viva la leyenda
de que una vez amamos los humanos.

9/01/2011

Perfección

Te pedí. Te pedí con todas mis fuerzas y llegaste. Me las ingenié para crearte empalagosamente perfecto. Te moldeé no por días, ni semanas... sino por meses. Estuviste en mi taller privado varias veces en reconstrucción pues en horas de desaliento e ira, me descargaba en ti y te borré en más de 20 ocasiones. Unos días no quería saber de ti, otros te quería diferente pero de alguna u otra manera, por mas que intentaba modificarte fuiste tomando tu propia forma... Te creé tan perfecto que te me saliste de las manos... Te viciaste de orgullos y prejuicios así que intenté recordarte que tu propósito en este mundo y espacio era el de hacerme feliz, pero no lo aceptaste.

Se te metió la idea de que tal perfección también merecía la felicidad así que me dejaste. Fuiste a buscar alguien tan o más perfecto que tu. Y la encontraste, 2 o 3 veces, pero aprendiste que la perfección no es compatible con más perfección. Entendiste que el mundo es de complementos. Te rompiste un par de veces y regresabas a repararte. Yo nunca te cuestioné y te remodelé las veces que me lo pediste sin esperar nada a cambio.

Hoy, años después de tu creación, has comprendido que hasta la perfección duele. Te partiste tantas veces que estás algo desgastado, muchas de tus grietas se abrieron tan profundo que ya no tienen solución. Tus hendiduras; esas de donde otras perfecciones te tomaron para tirarte y botarte a un lado, quedaron irremediablemente tatuadas sobre tu silueta. Tu sombra se ve cansada y decepcionada de ti. Definitivamente no eres el mismo que alguna vez imaginé para mi. Ahora yo soy más perfecta que tú. Estás lleno de rencores y tirstezas. Tus articulaciones se han oxidado y no te permiten moverte bien.

Y aquí estás conmigo; esperando que encuentre un milagro para curarte, para regresarte ese brillo que alguna vez te fue natural. Pero no puedo... Ni quiero. Para mi cada esquina oxidada es hermosa. Cada hendidura está perfectamente colocada y cada lágrima es una oportunidad para hacerte sonreír. Entendí que la perfección se encuentra en querer las imprefecciones, me enseñaste sin darte cuenta que amar es compartir y entender los defectos... Y a la vez entendiste que la mayor perfección está en el entendimiento, en la comprensión, en la aceptación y en el apoyo. En todas esas cosas que componen el sentimiento más perfectamente imperfecto: El amor.

______________________________________________________________

I asked for you. I wished for you with all my strength and you came. I managed to create you annoyingly perfect. I molded you not for days or weeks… but for months. You were in my private workshop several times in reconstruction because in hours of despair and anger I used you as a lightning rod and erased you over 20 times. Some days I didn’t want to know about you, some days I wanted you different, but one way or another no matter how much I tried to modify you, you started to take your own shape… I made you so perfect that you slipped through my fingers. You got vitiated with pride and prejudices, so I tried to remind you that your purpose in this world was to make me happy… but you wouldn’t accept it.

You decided that such perfection also deserved happiness so you left me. You went out looking for somebody as perfect as you were. And you found her, 2 o 3 times, but you learned that perfection is not compatible with more perfection because it becomes a competition. You understood that the world is made of complements. You broke a couple of times and came back to get fixed. I never questioned you and repaired you every time you asked without expecting anything in return.

Today, years later of your creation, you’ve understood that even perfection hurts. You broke so many times that you’re a little worn out, many of your cracks opened up so deeply that there’s no way to fix them. Your slits, the ones where other perfections grabbed you from to throw you aside are irremediably tattooed over your silhouette. Your shadow looks tired and disappointed at you. You’re definitely not the same one that I once imagined for myself. Now I’m more perfect than you. You’re filled with grudges and sadness. Your joints are rusty and don’t allow you to move well.

And you’re here with me, waiting for me to find a miracle to cure you, to give you back that glow that once was natural to you. But I can’t… I won’t. For me every rusty corner is beautiful. Every crack is perfectly placed and every tear is an opportunity to make you smile. I understood that perfection is found in loving the imperfections, you taught me without knowing it, that to love is to share and comprehend the flaws… And at the same time you learned that the greatest perfection is in understanding, empathy, acceptance and support. In all those things that make the perfectly imperfect feeling of all: Love.


Maricela Morlet