4/15/2009

Lejos

No tienes idea como se siente. Está cansada de hacerse la valiente y a ratos le dan ganas de dejarse llevar, de caer en ese pozo obscuro que tanto la llama, de tirarse por horas a llorar... pero no llora, no puede... no debe... su orgullo y ego no se lo permiten. Sentirse débil jamás, verse débil peor, mejor sería desaparecer.

Pero tiene tanto por dentro que a veces cree que va a explotar, la invaden unas ganas enormes de salir corriendo y gritar que esta harta de todo, que no quiere verlo de nuevo e irse muy lejos, donde nadie sepa quien es, donde otro nombre y vida sean su carta de presentación, a encontrar nuevos rostros, tal vez hasta nuevas penas, pero cualquier cosa sería mejor que continuar con ésta, ésta que le rompe la piel, que le desgarra la mente y le deshace las fuerzas, que la hace olvidarse a veces que ella es primero y no él, que le satura la memoria con sus ojos, su olor... ese delicioso y fresco olor, de su clara piel y obscura voz, de esa sonrisa que parece tener suficiente luz para opacar al sol, de esa energía que se contagia a kilómetros de distancia.

Pareciera el hombre perfecto, y aún asi con todo ese amor por él, ella sabe que no lo es, que tiene más defectos que nada, pero los ama, ama cada imperfección, cada palabra omitida, cada detalle no compartido...

Tristemente para ella no hay mejor amor que el no correspondido pues está tan acostubrada a ese sentimiento, que no sabría que hacer el día que lo escuchara decirle "te amo", pero está tranquila, la idea de que esto sucederá ya dejó su cabeza, sabe que no tendrá que enfrentarse a ese momento, así que resignada sólo se concentra en encontrar otras manos y otro cuerpo que la hagan olvidar los de él...


Maricela Morlet

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